domingo, 8 de febrero de 2015

La pequeña Sabina

Así estaba yo, recuperándome de mi duelo por la despedida de Sabina, cuando un día mi hermana me llamó y me dijo que iba a visitarme con una amiga.   Abrí la puerta y ahí estaba, mi Cris traía en una bolsa de tela un minino de dos meses, todo sucio y pulgoso.  Le corrían las pulguitas por la cara, y estaba tan asustado que no bien lo dejamos en el piso, se hizo pis y corrió a esconderse en la parte de atrás de la cocina donde se guardan las cosas de aseo y materiales de construcción.

La "operación baño" no fue tan dificil como imaginamos, pero si un poco larga.  Necesitamos: un platón de ropa, un par de guantes, dos toallas, jabón de bebé, un balde de agua tibia y una taza con vinagre blanco.  Mi hermana sostenía al minino quien tocaba el fondo del platón, le echamos agua tibia con una coca pequeña y en las regiones donde lo ibamos mojando, le aplicamos el jabón de bebé que hacía espuma.   Al balde de agua tibia le aplicamos un poco de vinagre para la fase de enjuague y fue realmente efectivo: no solo las pulgas caían instantáneamente, sino que nunca volvió a tener pulgas.   Fue largo, porque las pulgas iban de un lugar a otro, particularmente a su cabeza y cuello, lugar que dejamos para la última fase del baño.  

Para secar, primero una toalla, luego la otra, y luego operación secador, y todo el tiempo evitando que se escapase, afortunadamente sus uñas no eran muy largas y los rasguños fueron soportables.  El secador fue la parte terrible, el pobre estaba demasiado asustado por el ruido, pero nada que hacer, afuera llovía y no había forma de que se secara naturalmente con ese clima.  Al final, excelente resultado, en la foto está recién bañado, sin pulguitas, listo para ser premiado con un platico de pienso para mininos.  

Lo que nunca superó fue el miedo, cada vez que llega un extraño a casa, todavía se esconde en el mismo lugar, detrás de la cocina, en el cuarto de "checheres" donde duró los primeros días.   

Hice una encuesta entre allegados y amigos a partir de una pequeña lista de posibles nombres que elaboramos con mi novio y quedaron como ganadores "Icaro" y "Kafka".  El concurso fue inútil, ya que la veterinaria nos sorprendió, ya que no teniamos un minino, sino una Sabina.  

Y así entró otra Sabina en nuestras vidas...





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios: