domingo, 22 de febrero de 2015

Contra los hongos II

Mi primera gatita nos dejó un gran vacío, muchos aprendizajes y unos honguitos.  Un día después del baño, al mirarme en el espejo pude ver que tenía una suerte de contorno de óvalo morado en la cintura, inmediatamente supe que era un hongo.  La médica que me atendió, me ordenó un antifúngico oral y una crema tópica, afortunadamente a la semana ya no tenía nada.

Para Sabina no fue tan fácil.  Como tenía menos de tres meses nos dijeron que no era bueno medicarla ya que a futuro podía tener enfermedades de los riñones y otras afecciones.  Todo empezó como un punto morado en el párpado inferior.  Como en esos días estaba bastante inquieta conociendo la casa, pensamos inicialmente que podía ser un golpe, pero el diagnóstico fue microsporum canis.

Me alegró mucho que la veterinaria tomara la decisión de no medicarla, y no vacunarla para no seguir afectando su sistema.  De manera que la tarea que nos correspondió fue fortalecer su sistema inmunológico para que respondiera a la amenaza.  Primero, vitaminas ordenadas por la vet, un cuarto de pasta cada día, supongo con un sabor delicioso porque Sabina se acercaba y las tomaba de mi mano con emoción.   

Segundo, cristales de aloe vera licuado en agua, una rápida búsqueda por internet sobre remedios naturales para fortalecer las defensas y tratar las afecciones de la piel en felinos remitían a la magia del aloe.  Compré cristales de aloe vera, periódicamente tomaba un cuadro pequeño y lo licuaba en agua en proporción de 1/10, y quedaba una bebida espumosa.  Al comienzo le daba 2 ml con jeringa y luego me sorprendí al darme cuenta que Sabina le empezó a tomar gusto.  Así que diariamente una de sus tazas de agua estaba llena de jugo de aole vera frío, y le encantaba.  Solo lo hicimos durante el tiempo que duró el hongo, no conozco los efectos a largo plazo, pero tampoco quise averiguarlos.


Finalmente, y esto requería mucha paciencia, diariamente mi
hermana o yo, con una toronta de algodón empapado en agua - vinagre le limpiabamos su ojito.  Nos pareció que el hongo empezaba a extenderse, ya que en sus pómulos y nariz empezaron a aparecer puntos negros que hacían que se viera como "carasucia".

Pues no.Sabina se había curado de su hongo y ahora tenía los temibles ácaros (demodex spp) otra de las herencias de la primera gatita.   Así que el mejor consejo para aquellos y aquellas cuyos amigos felinos sufren de hongos o ácaros, muchísima paciencia, higiene y constancia, ya que la lucha es larga...

 

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